Cuida tu cuerpo y tu cerebro, y estos cuidarán de ti durante mucho más tiempo. Es lo que llamamos salud cerebral; y lejos de lo que podamos pensar, mente y cuerpo se acompañan desde el nacimiento hasta el resto de nuestras vidas, manteniendo entre ellos una relación directamente proporcional y constante de crecimiento y desarrollo.
Gracias a la neurociencia y los avances en sus estudios, sabemos que a lo largo de la vida se destruyen aquellas neuronas en nuestro cerebro que no utilizamos, aquellas que no reciben información. Pero también sabemos que nacen otras nuevas, principalmente y de forma más numerosa durante los primeros años de vida. Esto nos da una pista de lo que deberíamos hacer para mantener vivo nuestro cerebro: otorgarle de experiencias, aprendizajes e información que recojamos de nuestro entorno, con el fin de enriquecerlo y obtener una buena salud cerebral.
Para ello, innumerables de estudios científicos abogan por la actividad física y el deporte desde edades tempranas y en el resto de etapas del desarrollo infantojuvenil. Este contribuye a la formación de nuevas neuronas, ya que le transmite a nuestro cerebro información nueva y le dota de experiencias que le ayudan a potenciar aspectos del desarrollo cognitivo y sus procesos básicos, así como otros referidos a la resolución de problemas, control de impulsos, coordinación motora, percepción o el resto de destrezas motrices como el equilibrio, la agilidad o el control postural, aspecto este último que además influye sorprendentemente en la forma en la que los niños mantienen su atención en las actividades que realizan: “cuanto más consciente soy del control de mi cuerpo, más control tengo sobre las tareas que desempeño.”
En el aspecto socio-afectivo, se observan infinidad de aspectos positivos cuando hablamos de la relación que mantienen el deporte, sobre todo colectivo -como el fútbol-, y el desarrollo del cerebro: aparecen nuevas estrategias de interacción con iguales, vínculos afectivos nuevos y diferentes, sentido del trabajo en equipo y compañerismo, respuesta ante éxitos y fracasos, responsabilidad, etc.

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En esta línea, de algunos estudios como el del profesor de neurología en Hardvard, Álvaro Pascual-Leone, quien ha investigado sobre la estimulación cerebral y cómo esta acelera los aprendizajes, podemos deducir que la actividad física, y por tanto el deporte, contribuyen a mantener un cerebro sano a través de un cuerpo sano.
En resumen, y añadiendo algunas puntualizaciones finales, la actividad física es sin duda un muelle clave para impulsar el desarrollo de los niños, un elemento fundamental para su crecimiento físico y mental, junto con una adecuada estimulación cognitiva, buena alimentación, exigencias adecuadas y ajustadas a sus posibilidades e intereses, y vínculos socio afectivos saludables.
“La biología te da un cerebro. La vida lo convierte en una mente.”
(Jeffrey Eugenides)
Violeta Casillas López
Pedagoga y experta en Atención Temprana
